Mi primer mes meditando (y esto he aprendido)

Durante mucho tiempo estuve intentando mejorar. Leía libros, escuchaba podcasts, veía vídeos sobre bienestar, éxito y felicidad… Todo lo que tuviera que ver con conseguir ser la mejor versión de mí misma. Sentía que si me esforzaba lo suficiente, algún día lo conseguiría.

Y en medio de todo ese ruido —porque ahora me doy cuenta de que también era ruido— empecé a escuchar una y otra vez lo importante que era meditar.

Decían que la meditación te ayuda a encontrar paz, claridad, equilibrio. Que te calma la mente y te permite vivir con más consciencia.

De hecho, lo probé, pero lo hice durante 2 o 3 días, vi que no era capaz y lo dejé.

Pero hace unas semanas, algo cambió.

🌫 Volver a mí desde el ruido

Ahora mismo estoy en un momento muy distinto. No estoy corriendo detrás del éxito. Estoy intentando parar. Volver a mí. Sentirme. Entender qué necesito.
Y lo cierto es que me siento bastante perdida y desconectada de mí misma.

Un día, escuchando un podcast, volvieron a hablar de meditación. Pero esta vez no lo escuché con la mente de “tengo que hacerlo para mejorar”. Lo escuché desde la necesidad de volver a mi centro.
Y entonces dije: voy a darle una oportunidad, pero sin exigencias. Solo por mí.

☀️ Cómo estoy meditando

Llevo casi un mes meditando. Intento hacerlo todos los días, pero si un día fallo, no me culpo.

Lo hago de forma guiada, con vídeos de YouTube. Suelo meditar entre 5 y 10 minutos, normalmente por la mañana, aunque hay días que no me da tiempo y lo hago por la tarde o por la noche.

He descubierto un canal de youtube muy bueno: Meditacion3. Y este video en concreto me encanta:

🌀 El caos mental también medita

Otras veces, sobre todo cuando medito por la tarde, mi mente va a mil. Me pongo el vídeo, y soy incapaz de escuchar una palabra de lo que dice.
Un pensamiento lleva a otro, y ese a otro, y cuando me doy cuenta… sigo sentada, con los ojos cerrados, pero no he estado presente ni un segundo.

Y entendí que:
Meditar no es no pensar. Es observar tus pensamientos sin juzgarlos, dejarlos ir y volver al presente, una y otra vez.

Volver a ti. Volver al ahora. Volver a tu respiración. Volver a tomar consciencia.

💭 ¿He notado beneficios?

La verdad… aún no demasiados.
Me cuesta concentrarme, me cuesta parar la mente, me cuesta mantenerme en silencio sin que aparezca el caos.

Pero sigo.
Porque esos segundos de calma valen oro. Porque cada vez que vuelvo a mi respiración, aunque solo lo consiga durante medio minuto, me siento en paz y más cerca de mí.
Y porque creo que todo hábito necesita tiempo. Constancia. Perseverancia.

💡 Lo que he aprendido en este mes

Que no hay forma correcta de meditar. Solo sentarte contigo ya es suficiente.
Que no se trata de “controlar” la mente, sino de observarla.
Que cada día es diferente, y está bien.
Que esto no va de hacerlo perfecto, va de permitirte parar.

🌱 Si tú también estás buscando paz

No te creas todo lo que ves en redes. Meditar no es estar en posición de loto y tener la mente vacía. Meditar es volver a ti.
Y si te cuesta, si te distraes, si te frustra… bienvenida. A todas nos pasa. Y eso también es parte del camino.

Si estás en un proceso de reconexión contigo misma, tal vez este pequeño hábito te ayude a empezar a escucharte. Aunque solo sean unos minutos al día.

Y si quieres dar un paso más, aquí te dejo mi guía gratuita de hábitos que me están ayudando a volver a mí 💛

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *