La máscara de la positividad: por qué intentar estar siempre bien te desconecta de ti

¿Alguna vez te has escuchado responder “todo bien, todo perfecto” cuando por dentro estabas agotada, confundida o con ganas de llorar? 🤔

Si es así, probablemente llevabas puesta la máscara de la positividad: esa sonrisa que mostramos al mundo aunque nuestra verdad sea otra.

Es un mecanismo aprendido. Desde pequeñas muchas escuchamos frases como “sé fuerte”, “no llores”, “no molestes con tus problemas”. Crecimos creyendo que mostrar vulnerabilidad era sinónimo de debilidad. Y así, poco a poco, nos convencimos de que “estar bien” era una obligación.

En este artículo quiero mostrarte qué es realmente esa máscara, por qué puede ser peligrosa y cómo empezar a quitártela.

¿Qué es la máscara de la positividad?

No es lo mismo que cultivar pensamientos positivos o tener esperanza. La máscara de la positividad es el hábito de fingir bienestar cuando en realidad no lo sientes.

👉 Ejemplos claros:

  • Acabas de pasar una ruptura, pero repites: “mejor sola que mal acompañada” sin darte permiso de llorar.
  • Estás agotada, pero en el trabajo sonríes y dices: “claro, yo me encargo”.
  • Sientes rabia o tristeza, pero la tapas con un: “no pasa nada, todo bien”.

A corto plazo parece útil. Te evita preguntas incómodas. Pero a largo plazo te desconecta de ti, acumula tensión y retrasa tu sanación.

🚩 ¿Cómo saber si llevas puesta esta máscara?

Estas son señales muy comunes:

  • Usas frases automáticas como “no pasa nada” aunque por dentro estés en mil pedazos.
  • Te cuesta pedir ayuda porque no quieres “molestar” a los demás.
  • Te criticas cuando lloras o tienes un día “malo”.
  • Te comparas con gente que parece feliz todo el tiempo en redes sociales.
  • Agradeces de manera forzada, incluso en momentos de dolor real.

Si te reconoces en varias de estas, probablemente la usas más de lo que imaginas.

Mujer con gafas de sol sonriendo

🌪️ El coste invisible de intentar estar siempre bien

Ponerte la máscara tiene consecuencias más profundas de lo que parece.

  1. Niega tu experiencia real
    Es como poner una tirita sobre una herida profunda: tapa, pero no sana.
  2. Genera tensión interna
    Reprimir emociones desgasta. Guardarte la tristeza o la frustración consume energía mental y física.
  3. Te desconecta de la autenticidad
    Si solo muestras tu “yo feliz”, los demás no conocen a tu verdadero yo. Eso lleva a relaciones superficiales.
  4. Retrasa la sanación
    Llorar, hablar, sentir la incomodidad… todo eso ayuda a sanar. Fingir solo posterga el proceso.
  5. Impacta en el cuerpo
    El autocontrol constante se refleja en insomnio, fatiga, dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular. El cuerpo termina gritando lo que callas.

🌱 Positividad sana vs. positividad tóxica

No se trata de dejar de ser positiva. La diferencia está aquí:

  • Positividad sana: reconoce lo que sientes y mantiene esperanza.
    Ejemplo: “Estoy pasando un momento duro, pero sé que con tiempo voy a estar mejor”.
  • Positividad tóxica: niega lo que sientes y te obliga a sonreír.
    Ejemplo: “No debo sentirme mal, todo está bien, sonríe y sigue adelante”.

👉 La clave está en validar tus emociones primero y después decidir cómo avanzar.

🔑 Qué hacer en vez de fingir que estás bien

Aquí tienes pasos prácticos para empezar a soltar la máscara:

  1. Cambia tus frases automáticas
    En lugar de “no pasa nada”, prueba con: “Me siento triste, y está bien sentirlo” o “Esto me duele, necesito tiempo”.
  2. Date permiso para sentir
    Dedica 10 minutos al día a observar cómo estás. Puedes escribirlo en un cuaderno o simplemente sentarte en silencio.
  3. Practica pedir ayuda
    Cuando alguien te pregunte “¿cómo estás?”, atrévete a responder con algo real: “Hoy no ha sido mi mejor día, gracias por preguntar”.
  4. Reduce la comparación en redes
    Deja de seguir cuentas que solo muestran felicidad perfecta. Llena tu feed de personas reales que validen todas las emociones.
  5. Crea rituales de autocuidado
    Un té en silencio, un baño relajante, un paseo sin móvil… formas simples de escucharte sin forzarte a estar bien.

Si quieres saber como crear una rutina de autocuidado en casa, haz click aqui.

Mujer sentada en el suelo con un ordenador

💬 Ejemplo real

Imagina que llegas a casa después de un día agotador.

  • Con la máscara dirías: “No pasa nada, mañana será mejor”.
  • Con autenticidad puedes decir: “Hoy fue duro, me siento cansada y necesito descansar”.

Luego, en vez de distraerte con la tele, eliges:

  • Poner música suave.
  • Escribir 3 líneas en tu diario.
  • Acostarte temprano.

Ese pequeño cambio te conecta contigo en lugar de desconectarte.

🚧 Obstáculos comunes (y cómo superarlos)

  • “Me da miedo mostrar mi vulnerabilidad”
    Recuerda: ser vulnerable no te hace débil, te hace humana.
  • “Los demás esperan que siempre esté bien”
    No puedes controlar lo que otros piensan, pero sí puedes elegir tu autenticidad.
  • “Si dejo de sonreír, me voy a derrumbar”
    Llorar o reconocer tu dolor no significa rendirse. Es un paso hacia tu sanación.

La máscara de la positividad puede parecer una protección, pero en realidad es una cárcel que te aleja de lo más valioso: tu autenticidad.
Quitártela no significa vivir en la queja, sino permitirte ser humana.

Empieza poco a poco: cambia una frase automática, comparte algo real, escribe cómo te sientes. Y recuerda: tus emociones no son tu enemigo, son tu brújula.

👉 La verdadera fortaleza no está en sonreír todo el tiempo, sino en atreverte a ser tú misma.

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