Cuando hablamos de meditación, mucha gente piensa en “sentarse con los ojos cerrados y no pensar en nada”. Pero la verdad es que existen muchos tipos de meditaciones, cada una con su propio enfoque y beneficios.
Es como un gimnasio para la mente: hay diferentes máquinas y ejercicios para trabajar distintos músculos. Algunos estilos son como un suave estiramiento, mientras que otros son un entrenamiento de fuerza mental.
En este artículo, vamos a explorar los principales estilos de meditacion para que puedas encontrar el que realmente encaje contigo.
Mindfulness o Meditación de Atención Plena
El mindfulness es probablemente el tipo de meditación más popular en Occidente. La palabra «mindfulness» significa prestar atención de manera deliberada al momento presente, sin juzgar lo que ocurre. Su objetivo es simple: prestar atención plena al momento presente.
¿En qué consiste?
La práctica consiste en observar tus pensamientos, emociones y sensaciones físicas (como la respiración o los sonidos) tal y como llegan, sin aferrarte a ellos ni rechazarlos. Si tu mente se distrae, con amabilidad, la vuelves a traer al presente.
¿Para quién es ideal?
Es perfecta para quienes quieren reducir el estrés, mejorar la concentración y aprender a manejar sus emociones en el día a día. Es una base excelente para cualquier principiante. Es perfecta para ti si sueles estar en “piloto automático” y quieres aprender a parar y observar lo que pasa dentro y fuera de ti.
2. Meditación trascendental
Este es uno de los estilos de meditacion más antiguos y conocidos. Proviene de tradiciones como el Hinduismo y el Budismo Tibetano.
La meditación trascendental consiste en repetir en silencio un mantra (una palabra o sonido). Esto permite que la mente se calme poco a poco hasta entrar en un estado profundo de relajación.
¿En qué consiste?
Se trata de repetir una palabra, sonido o frase (llamado «mantra») de forma silenciosa o en voz alta. El mantra puede ser algo como el clásico «Om» o una frase en sánscrito. La repetición constante ayuda a enfocar la mente y evitar que se distraiga con otros pensamientos. El sonido y la vibración del mantra son el punto central de la atención. A diferencia del Mindfulness, el objetivo no es observar los pensamientos, sino «trascenderlos» y acceder a un estado de profunda quietud y descanso.
¿Para quién es ideal?
Si te cuesta meditar en silencio y tu mente salta de un pensamiento a otro constantemente, la repetición de un mantra puede ser un ancla muy efectiva para ti. Estudios han mostrado reducción de ansiedad, mejor descanso y mayor creatividad.

3. Meditación guiada
De todos los tipos de meditaciones, este es posiblemente el más fácil para empezar. En este estilo sigues la voz de un guía (puede ser en persona o mediante audios o apps). Te lleva paso a paso a relajar el cuerpo, imaginar escenas o enfocar tu atención.
¿En qué consiste?
En la meditación guiada no estás solo. Un instructor, a través de un audio o un video, te va dirigiendo y llevando paso a paso a lo largo de toda la práctica. Su voz te sirve de ancla, evitando que tu mente se distraiga. Las guías pueden ser muy variadas: desde un simple recorrido por la respiración, hasta visualizaciones detalladas (como imaginar un lugar en la naturaleza) o body scans (escaneos corporales donde diriges tu atención a diferentes partes del cuerpo para liberar tensiones).
¿Para quién es ideal?
Es perfecta para absolutamente todos los principiantes. También es excelente para quienes tienen una mente muy activa y necesitan un punto de enfoque externo, o para personas que buscan un objetivo específico, como conciliar el sueño o gestionar la ansiedad antes de un evento. Puedes encontrar una gran variedad de estas meditaciones guiadas en aplicaciones y plataformas como YouTube.
4. Meditación de compasión (Metta o “amor bondadoso”)
De todos los tipos de meditaciones, esta es probablemente la más cálida y centrada en las emociones. Se centra directamente en cultivar emociones positivas como la compasión y el amor incondicional.
¿En qué consiste?
Durante la práctica, diriges frases de bienestar y bondad hacia diferentes personas. Normalmente se empieza por uno mismo («Que yo esté bien, que yo esté en paz»), luego por un ser querido, después por una persona neutral, incluso por alguien con quien tengas un conflicto, y finalmente por todos los seres vivos.
¿Para quién es ideal?
Es maravillosa para personas que luchan con la autoexigencia, la ira o la dificultad para perdonar. Ayuda a abrir el corazón y fomentar la compasión. Ideal si quieres mejorar la relación con uno mismo y con los demás y reducir la sensación de enfado y frustración.
5. Meditación en movimiento (yoga, tai chi, caminar)
¿Crees que para meditar hay que estar completamente quieto? ¡Error! Este es uno de los tipos de meditaciones que rompe ese mito. No todas las meditaciones se hacen sentado. En estas prácticas, el foco está en mover el cuerpo con plena atención.
Prácticas que incluye:
- Caminar Meditando: Prestar atención plena a la experiencia de caminar, notando las sensaciones en los pies y el movimiento del cuerpo.
- Yoga o Tai Chi: Estas disciplinas son en sí mismas estilos de meditacion en movimiento, donde la atención se dirige a la respiración y a las posturas.
¿Para quién es ideal?
Perfecta para personas inquietas, con mucha energía, o para aquellos que pasan mucho tiempo sentados y quieren combinar la actividad física con la calma mental. Conecta cuerpo y mente, libera tensiones físicas, ayuda a estar presente incluso en la acción.

6. Meditación zen (Zazen)
Es una práctica tradicional del budismo zen. Consiste en sentarse en silencio, observar la respiración y dejar que los pensamientos vengan y se vayan.
El Zazen es la práctica central del Budismo Zen y representa uno de los tipos de meditaciones másb profundos.
¿En qué consiste?
«Za» significa sentarse y «Zen» meditación. La práctica es simple en la forma, pero exigente en la ejecución: consiste en sentarse en silencio, observar la respiración y dejar que los pensamientos vengan y se vayan. Se observa el flujo de los pensamientos y sensaciones sin interferir, juzgar o aferrarse a ellos, experimentando la realidad directamente.
¿Para quién es ideal?
Para quienes se sienten atraídos por una práctica minimalista pero profunda, y que valoran la disciplina y la auto-indagación sin apoyos externos. Fomenta la claridad mental, la paciencia y la disciplina.
7. Meditación de visualización
Este es uno de los tipos de meditación más creativos, que utiliza el poder de la imaginación para influir en el estado mental y emocional.
¿En qué consiste?
Consiste en crear imágenes mentales detalladas y vivas. Puedes visualizar un lugar pacífico (como una playa), una metáfora (como una luz curativa) o un objetivo que deseas alcanzar. La clave es involucrar todos los sentidos para hacer la escena lo más real posible.
¿Para quién es ideal?
Ideal para personas visuales, creativas o a las que les cuesta trabajar solo con la respiración. Muy utilizada por atletas y en procesos de coaching. Ayuda a reprogramar creencias limitantes.
Entonces… ¿cómo elegir?
Ahora que conoces los principales tipos de meditación, probablemente te preguntes: ¿cómo elegir uno? La respuesta es simple: probando. No existe una única meditación correcta para todos. La mejor es aquella que disfrutas y practicas con regularidad.
Te animamos a elegir uno o dos que te hayan llamado la atención y los pruebes durante una semana. Por ejemplo:
- Si eres una persona activa: La Meditación en Movimiento puede ser reveladora.
- Si buscas relajación rápida y sencilla: Empieza con la Meditación Guiada.
- Si tu objetivo es autoconocimiento y gestión emocional: Prueba el Mindfulness.
- Si quieres cultivar la compasión: La Meditación Metta es tu camino.

