Eneagrama: una herramienta de autoconocimiento que te ayuda a mirar hacia dentro

A veces sentimos que no nos entendemos ni a nosotras mismas. Que reaccionamos sin saber muy bien por qué, que repetimos patrones en nuestras relaciones, o que llevamos años buscando respuestas fuera… cuando en realidad lo que más necesitamos es escucharnos por dentro.

Hace poco descubrí una herramienta de autoconocimiento que me está ayudando a encontrar respuestas y a entenderme mejor a mí misma: el eneagrama.

¿Qué es el eneagrama y qué tipos de personalidad existen?

El eneagrama es una herramienta de autoconocimiento que describe 9 tipos de personalidad. Cada uno de estos tipos representa una forma distinta de ver el mundo, de protegerse del dolor, de relacionarse con los demás y de encontrar seguridad interior.

Es un espejo muy revelador que nos ayuda a comprender quiénes somos más allá de las máscaras que llevamos. No se trata de encasillarte o etiquetarte, sino más bien de comprender qué patrones inconscientes rigen tu vida y desde qué heridas emocionales sueles actuar.

Es una herramienta para conocerte en profundidad y, sobre todo, para transformarte.

Los nueve eneatipos son:

  1. El perfeccionista – necesita hacer las cosas bien y ser bueno.
  2. El ayudador – busca sentirse amado siendo necesario.
  3. El exitoso – quiere ser valorado por sus logros.
  4. El individualista – siente que le falta algo y busca su identidad.
  5. El observador – busca seguridad en el conocimiento.
  6. El leal – vive entre la duda y la necesidad de seguridad.
  7. El entusiasta – huye del dolor buscando placer y experiencias.
  8. El desafiador – se protege siendo fuerte y controlando.
  9. El pacificador – evita el conflicto y se desconecta de sí mismo.

¿En qué consiste el eneagrama?

Cada persona tiene un eneatipo predominante. Este tipo no cambia, aunque sí evoluciona: podemos vivirlo desde nuestra versión más dormida (con miedos, rigideces, mecanismos de defensa muy activos), o desde una versión más consciente y en paz.

Cada eneatipo tiene:

Una motivación inconsciente, aquello que más busca
Una herida emocional o miedo profundo
Una serie de patrones de pensamiento, emoción y comportamiento
Un camino de crecimiento y transformación

También existen otras capas como las “alas”, los “instintos” o los “niveles de conciencia”, pero lo esencial es empezar por observarte con honestidad y curiosidad.

Conocer tu eneatipo te ayuda a:

Reconocer tus miedos inconscientes.
Ver los mecanismos que usas para protegerte.
Entender tus reacciones emocionales.
Trabajar en tu transformación personal.

Pero identificar tu eneatipo no siempre es fácil. No se trata solo de leer descripciones y elegir el que más te guste (spoiler: probablemente te incomodará). Requiere tiempo, honestidad, y a veces, acompañamiento.

¿Para qué sirve el eneagrama en el desarrollo personal?

Más allá de ponerle nombre a tu eneatipo, el eneagrama te invita a observarte. Esta herramienta no busca encasillarte ni etiquetarte. Al contrario: te ayuda a soltar el escudo que te impide conectar con tu ser más auténtico. Y desde ahí, empiezan a pasar cosas:

Empiezas a conocerte de verdad
Te entiendes (y te perdonas) un poco más
Dejas de reaccionar en automático
Tomas decisiones más alineadas contigo
Mejoras tus relaciones
Vives con más presencia y coherencia

Al final, el eneagrama no es una herramienta para convertirte en alguien nuevo, sino para volver a ti.

Mi experiencia con el eneagrama

Descubrí el eneagrama hace un año gracias al libro “Tú eres lo único que falta en tu vida” de Borja Vilaseca. Fue la primera vez que oí hablar de esta herramienta, y al leerla… algo se movió dentro de mí.

Al principio, creí identificarme con un eneatipo, pero me removió tanto que preferí hacerme la loca y no mirar más. No quería enfrentarme a mis miedos ni ver de frente esas partes de mí que me incomodaban. Cerré el libro y lo guardé en un cajón.

Un año después, volví a él con más madurez emocional. Esta vez con más curiosidad que miedo. Pero ahora me pasa algo curioso: no me identifico al 100% con ninguno. Hay eneatipos con los que conecto en parte, pero aún no puedo decir con certeza cuál es el mío.

Y está bien. Porque el eneagrama no es una carrera por encontrar tu número, es un camino de descubrimiento. Estoy aprendiendo a vivir el proceso, sin prisas ni expectativas, dándome el permiso de no tener todas las respuestas. Porque al final, lo bonito de este viaje es todo lo que descubres mientras lo recorres.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *